miércoles, 11 de noviembre de 2009

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“Don Diego de la Madona, campeón de la justa”

Interesante articulo aparecido en la publicación medievalista catalana “Graficum Ole” sobre las justas medievales, verdadero deporte popular durante los siglos X al XIII.
Josep Passman investigador barcelonés indaga en el personaje más famoso de esta práctica en toda la Europa medieval. “Don Diego de la Madona, conocido como la mano de Dios por su manejo de la lanza, fue algo así como un gran ídolo deportivo similar a los de nuestros días” Sin embargo, Don Diego, nacido en una humilde porqueriza, era un rebelde que solía entrar en conflicto con los poderes de turno. Caído en los excesos de su época, como el consumo de faisán y vino patero, El conde de Barcelona y las elites feudales le quitaron el apoyo. Passman recoge estos documentos en donde se lee en una misiva del Conde al pueblo interpretada por tres clarines “Es un verguens que semejant negres mercantiste nos represent”. Don Diego lejos de amilanarse la emprendió contra el poder celestial. Uno de sus mas famosos poemas, lamentablemente perdido, se llama “Los Papas de Avignon la tienen toda adentro” donde, siempre según Passman, Don Diego denuncia la vergüenza del diezmo eclesial dos siglos antes que el mismo Lutero. “La armadura no se mancha” dijo cuando por su edad debió dejar la justa. Denunció la pasividad catalana cuando los moros saquearon el sur del país, “Al Conde de Barcelona se le escapo la tortuga”.
Enojado con el vocero condal que llevaba y traía cuentos infundados a la corte del Conde de Barcelona, Don Diego, sagaz y haciendo gala de la picaresca dejo un huevo duro frente a la casa del vocero en evidente alusión a que el mismo no tenia hijos. Y cuando varios catalanes hincharon por el caballero portugués Edson de Pele Lisboa, Don Diego denuncio la impudicia del mismo “debuto con un paje” Sin embargo el hecho más significativo que recoge Passman es el carácter de entrenador de caballeros para la justa mundial a la que a duras penas llegaron sus aprendices. Hastiado por las criticas y por la malicia de las elites que querían verlo fracasar, Don Diego es atacado por los intereses económicos que se movían e torno a los torneos de justas, como TyJ (Torneos y Justas), una cofradía de monjes que manejaban la entrada a los palcos para ver las competencias. Diego apoyo el movimiento del Barón Néstor de la Santa Cruz que promulgaba la “JUSTA Para Todos” y que por eso fue conocido como el movimiento JUSTACIALISTA. Néstor despojo a los cofrades del poder de la entrada haciendo que multitudes de siervos de la gleba tuvieran acceso a la Justa, logrando el apoyo de Don Diego, quien además apoyo el mas ambicioso proyecto del Baron de la Santa Cruz, el proyecto de Ley de Medievos.
Don Diego logro al fin que sus caballeros ingresaran al mundial de justa y ofuscado se paro en el proscenio de la catedral de Barcelona, diciéndole en perfecto latín “Continum mamandum” a quienes lo habían criticado. Amado y odiado por igual, don Diego fue un revolucionario, en una época dominada por la progenitura y mayorazgo masculino, fue el primero en pasarse la ley sálica por las asentaderas, dejando todo a sus hijas, ya que todo lo que hizo fue por y para ellas.

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